INTRODUCCIÓN
Dicen que cuando algo se acaba, en verdad, no hace más que
empezar. Que no es necesario decir un “adiós”, porque en realidad es solo un
“hasta luego”. En este caso, es así, es un “hasta luego” porque aunque ya no
estemos dando la asignatura de literatura infantil en la universidad, ha
significado tanto para mí que me ha permitido cada día enamorarme más de ella y
he aprendido a leerla desde un punto de vista diferente al que yo tenía. Ha
cambiado tanto mi forma de ver la educación y mi manera de querer trabajar en
el aula la misma, con mis futuros alumnos que ahora mismo, mentiría si dijera
que no he cogido gusto por la lectura de
la literatura y la creación de la misma.
Tengo que reconocer que al principio tenía miedo porque
había dado literatura en clase y me gustaba bastante porque era algo que se
había escrito hace mucho tiempo y que había tenido una repercusión increíble o que
no la había tenido hasta la actualidad. Pero lo que más me preocupaba era la
manera de aprender literatura porque en mi situación, siempre había sido un
tanto aburrida. Sinceramente, pensaba que, lo más seguro, en un futuro tuviera
que dar algunas pinceladas de literatura en el aula y no tenía ni recursos ni
herramientas para hacérselo más entretenido a los niños o que ellos mismos
tuvieran un aprendizaje más significativo.
Sin embargo, gracias a cómo está planteada está asignatura y
a cada clase con nuestra profesora, Irune, he descubierto conceptos nuevos,
cómo enseñárselos a los niños y cómo disfrutar leyendo literatura y provocar
que ellos puedan tener gusto por leerla también.
Ojala cuando yo estaba en educación primaria, alguien me
hubiese llegado de la misma manera que me ha llegado Irune, enseñándome a ser
una buena maestra y cómo se debe dar la literatura en educación primaria. La
pena es que en el tiempo de prácticas, no me han dejado poner en práctica todo
aquello que he aprendido, que es como mejor se aprende. Pero creo que enseñar
literatura de la manera en la que hemos trabajado, merece la pena y por eso,
estoy dispuesta a luchar por darle un lugar en el aula y una importancia en la
vida de tantos niños que van al colegio a aprender y a disfrutar de cada
experiencia.
BLOQUE 1. LITERATURA
INFANTIL. ANÁLISIS Y SELECCIÓN.
Nunca me había parado a pensar que es la literatura puesto
que en mi cabeza estaba la idea de que era una práctica por la que muchos
autores decidían escribir para expresar sus sentimientos, sus ideas, sus
preocupaciones… acercándonos a los demás lo que ocurre en nuestra sociedad o lo
bonito o complicado que es a veces sentir algo o simplemente su pensamiento
sobre algo que podemos o no estar de acuerdo.
En este tema, pude descubrir la verdadera literatura y su
manera de trabajarla con nuestros alumnos en el aula.
Cuando me leí los apuntes y trabajé en clase los contenidos junto
con mis compañeros, no solo lo que era literatura, sino también que era
paraliteratura, descubrí que mi conocimiento sobre la literatura era muy
insignificante. Esto me sorprendió bastante ya que me gusta leer y dejarme
llevar, transportándome a otros lugares
y sintiéndome identificada con alguno de los personajes. Además, había
estudiado literatura durante 6 años de mi vida de una manera muy intensa y
estresante.
Ante esta situación, empecé a interesarme por cada
definición ya que sabía que sería clave conocer las diferencias que hay en cada
una de ellas para mi futuro profesional. En esto, leí y comprendí que la
literatura es un arte, “un arte que utiliza las palabras para manifestarse”
como bien pone en la teoría de la asignatura o como decía María Moliner: “El
arte hecho con palabras”.
Mediante estas dos
definiciones, llegué a la conclusión de que la literatura es un arte que sirve
para expresar todo aquello que sentimos y pensamos por medio de la escritura.
De esta manera, pude ver que este arte, no es creado para enseñar, ni inculcar
pensamientos ni valores, como se utiliza en la paraliteratura, sino que es un
arte que sirve para que disfrutemos leyéndolo y podamos identificarnos con
alguno de los personajes, es decir, un arte para el disfrute de la propia
lectura donde podamos sacar nuestras propias conclusiones.
Otro concepto que me llamó la atención dado que desconocía
que existía, era el de subliteratura, que es una literatura de peor calidad,
para su difusión y donde se repite un esquema en el argumento prediseñado o estereotipado. Esto, no
significa que los textos paraliterarios o subliterarios sean malos, sino que se
pueden utilizar en el aula pero de una manera distinta. Nosotros, debemos dar
más importancia a los textos literarios.
Por lo tanto, podemos decir que los textos que debemos
trabajar en el aula deben ser más bien literarios, los cuales, cumplen 4
características importantes: son textos con objetivos artísticos, la función
lingüística predominante debe ser la
función poética (con estructuras lingüísticas y recursos literarios), debe
pertenecer a uno de los tres géneros de la literatura (narrativa, poesía y
teatro) y ha de ser un texto de ficción (que aunque sea imposible que pueda
suceder, siempre habrá alguna posibilidad de que suceda) no de fantasía (que es
imposible que ocurran).
Con esto, también le dimos importancia en clase sobre cómo
podríamos trabajar los textos literarios en el aula de una manera adecuada sin
que los niños deban recordar datos específicos o una historia sin llevarlo a
ellos mismos, a sus propias experiencias y conclusiones. Normalmente, en todos
los centros, se suele pedir la típica ficha de lectura después de haber leído
un libro con la excusa de que “tenemos que valorar la expresión escrita y
lectora de alguna manera”. En esa ficha, lo único que se pide es que los niños
desarrollen la historia que han leído, pero la pregunta que debemos hacernos
es: ¿Estamos provocando que nuestros alumnos tengan interés en la lectura y que
se apasionen por ella?
Todos los maestros hablan de la importancia de la lectura en
educación primaria ya que los niños deben aprender a leer bien puesto que eso
les ayuda a expresarse mejor. Esto está muy bien, pero para conseguir que
quieran leer, que sean unos “devora libros”, debemos ser nosotros quienes
contribuyamos a que ese gusto vaya creciendo en ellos mismos. Para esto,
debemos tener en cuenta que no todos los niños son iguales y que según la etapa
y la edad de desarrollo en la que estén tienen unos gustos u otros. Esto, podrá
ayudarnos a elegir un libro de lectura adecuado para ellos pero antes que nada
debemos conocer a nuestros alumnos, sus
intereses y lo que está ahora de moda.
Es importante, que antes, durante y después de la lectura,
los niños se sientan acompañados ya que les animará y les motivará más que se
haga un seguimiento colectivo permitiendo así hablar del libro en clase
extrapolando sus propias experiencias o vivencias a raíz de lo que va
sucediendo y que todos leen. Así, podremos conocer un poco más allá la realidad
del niño y cuales son sus preocupaciones y sus alegrías. De esta manera
trabajaremos no solo lo que ocurre en la historia (nivel denotativo) sino
también lo que ellos se llevan personalmente de esa lectura o los casos
similares que han vivido (nivel connotativo).
Esto, para los niños es mucho más atractivo y más dinámico
lo cual les mueve a querer leer más y más libros dándoles así gusto por la
lectura y conociendo diferentes libros y distintos géneros con sus autores
correspondientes.
La última idea de este tema que me gustaría destacar es la
importancia de la declamación como representación dramática de un poema. De
esta manera, los niños no se aprenderán de memoria un poema típico como el de
“volverán las oscuras golondrinas”, sino que podrán decir el poema memorizado
comprendiéndolo y haciéndoselo comprender a los demás.
Para declamar correctamente, hay que enseñar a los niños
cómo deben hacerlo sin caer en lo que siempre nos han enseñado a nosotros en el
colegio cuando éramos pequeños: aprendernos y decir un poema de memoria, de pie
en el encerado.
Como he descubierto después de leer el tema y realizar la
actividad de analizar un libro detalladamente viendo si es o no adecuado para
unos niños de acuerdo con su desarrollo evolutivo y su edad, es imprescindible
que nosotros, como maestros estemos pendientes de las modas y de lo que les
gusta a nuestros alumnos para llevarlo y aprovechar esto en la lectura dado que
así les llamará más la atención. Por esto, creo que todos deberíamos investigar
y leernos algunas partes de algunos libros y veamos si pueden o no gustar a los
niños que tenemos en clase. De esta manera, podremos configurar una lista con
varios libros e ir eligiendo aunque cada año, debemos actualizarnos.
Lamentablemente, no he podido conocer esto de la mano de una maestra, debido a
que la profesora con la que he pasado mis dos meses de prácticas no realiza
estos análisis sino que coge los libros que ponen en una hoja y se lo reparte a
los niños. Tampoco realiza ningún tipo de animación lectora, simplemente cuando
acaban el libro entregan una ficha para practicar su expresión escrita.
BLOQUE 2. TEXTOS
FOLCLÓRICOS. SELECCIÓN Y ADAPTACIÓN.
Cuando empezamos este bloque estaba tremendamente ilusionada
porque íbamos a trabajar los cuentos que desde pequeña conocía e incluso tenía
la sensación de que iba a conocer algunos nuevos o desconocidos hasta ese momento.
Todavía recuerdo cuando antes de dormir mi madre me leía un
cuento. Era uno de los momentos más placenteros del día. Disfrutaba muchísimo
de esas historias e incluso solía imaginar que cuando fuera mayor, yo podría
ser la protagonista de una historia parecida.
Aunque Irune ya había dado un adelanto sobre los textos
folclóricos, a mí me llamó la atención la palabra “folclóricos” y ante esto
decidí mirar un poco el tema en busca de una definición sobre el folclore. En
mi búsqueda encontré esta definición: manifestaciones
de tradición cultural (canciones, leyendas, romances, cuentos maravillosos…).
En clase, antes de leer el temario, Irune nos propuso que en
una hoja pusiéramos todos aquellos cuentos o lo que nosotros considerábamos
cuentos folclóricos que nos habían leído o contado. Yo me quedé un tanto
bloqueada, aunque después fuimos comentando entre todos los cuentos que
habíamos puesto y pude completar mi lista. Algunos de esos textos, Irune nos
comentó que no eran cuentos folclóricos aunque la mayoría de la gente cree que
así lo es. Con esto, nos explicó que un texto folclórico debe cumplir las
siguientes condiciones:
- ·
Es anónimo porque no se conoce quien lo inventó
debido a que estas historias se contaban al calor de la lumbre en un principio
y no estaban escritas. Seguramente muchas de estas historias, hayan sido
ciertas aunque nunca se podrá saber dado que no conocemos al verdadero autor de
cada una de ellas. Antes, simplemente se podía tratar de algún suceso que
ocurría en el pueblo y se comentaba en el pueblo, con el fin de entretener a la
gente.
- ·
Se transmite de manera oral lo cual significa
que no se lee, sino que pasa de boca en boca desde las primeras generaciones
hasta ahora, por esto, decimos que tiene multiplicidad de variantes.
- ·
Tiene multiplicidad de variantes dado que va
pasando de unas personas a otras oralmente y estas al contarle la misma
historia pueden cambiar algo de la historia o la expresividad de la misma por
lo que muchas de las historias que conocemos, seguramente han sido cambiadas
desde su versión inicial.
Los cuentos que nosotros conocemos, es gracias a que
aparecieron recopiladores que decidieron poner por escrito la versión del
cuento que a ellos les había llegado. Lo más curioso es cómo la misma historia
o con similitudes ha llegado a diferentes transcriptores de distintos países o
incluso como historias con el mismo título, son completamente diferentes según
la persona que haya transcrito esa historia. Los recopiladores que más
conocemos son los hermanos Grimm aunque en esta asignatura hemos hablado de algunos
otros como Propp, Perrault y Andersen. También hablamos de los cuentos
propiamente españoles que recopiló Antonio Rodríguez Almodóvar, Fernán
Caballero y Calleja.
Es increíble pensar cómo se han ido transmitiendo estas
historias gracias a la gente del pueblo que las transmitían unos a otros y
llegaban a otros pueblos y así, esas historias llegaban a miles de sitios y se
grababan en la memoria de todo el mundo que posteriormente, podrían contárselas
a las siguientes generaciones.
Otra cosa que me ha parecido interesante es cómo nosotros
hemos creído desde siempre que los cuentos están dedicados a los niños por el
simple hecho de que siempre les ha entretenido escuchar historias. El problema
es que hay muchos textos folclóricos que no son adecuados para niños por lo que
cuentan y por eso debemos darnos cuenta de que son textos para adultos.
Recordamos que la literatura no pretende moralizar ni enseñar pero todo lo que
suceda en el transcurso de la historia deben ser situaciones que a un niño no
le impacten al imaginárselas.
Al igual que la literatura pretende que los niños se
identifiquen con alguno de los personajes que aparecen en el libro, con los
textos folclóricos no pretendemos eso dado que la mayoría de protagonistas son
adultos y luchan o buscan llegar a situaciones adaptadas a su edad. Los niños
con los cuentos, pueden imaginar esos sucesos e incluso pueden soñar con ellos
cuando sean mayores, pero rara vez se identificaran con alguno de los
personajes.
En la actualidad, los colegios no suelen trabajar bien en
las aulas estos textos. Cuando yo estaba en educación primaria, ninguno de mis
profesores me contó ningún cuento y esto mismo, lo he vuelto a vivir en las
prácticas de este año. Durante dos meses, no se le ha dedicado ningún rato a
contar algún cuento ni a cantar alguna canción, lo cual creo que perjudica a
los alumnos dado que no conocen este tipo de actividades.
Muchas veces los maestros caen en la tentación de creer que
es mejor que lean cuentos de cualquier tipo, pero que los niños lean. Y si, es
importante que lo hagan, pero para ello debemos demostrarles lo maravilloso que
es leer y lo estupendo que es escuchar un cuento que nos traslada a otra época
y nos permita dar rienda suelta a nuestra imaginación. Por eso, y según lo
aprendido en la asignatura, me atrevo a decir que leer es casi tan importante
como que los maestros contemos un cuento, y si, digo contar o cantar, no leer
creando emoción en cada uno de los niños y siguiendo la tradición oral que
siguen desde el principio estos textos.
Como bien he citado anteriormente, estos textos se deben
contar sin moralejas ni enseñanzas para que los propios niños sean capaces de
extrapolar aquello con lo que se quedan de la historia ya que depende de su
momento evolutivo y de sus circunstancias, a cada uno puede transmitirle algo
distinto.
Otra de las
cosas que más me llamó la atención dado mi desconocimiento, fue que no solo
existen cuentos folclóricos, también existen textos en verso, que suelen ser
canciones que desde pequeños nos sabemos de jugar a la comba o a las palmas (un
ejemplo es: Don Federico) y también textos folclóricos teatrales (un ejemplo
muy claro son los títeres de cachiporra).
Después de
estudiar todo esto en el bloque, me doy cuenta de lo importante que es
recordarles a los niños que tenemos una historia y que es importante que
sigamos con esa tradición de contar cuentos, cantar canciones, realizar
pequeños teatros…con el fin de pasárnoslo bien en el aula , entretenernos y
emocionarnos para aprender juntos.
Por eso, como
buena maestra que quiero llegar a ser, no dejaré de lado los textos folclóricos
y los trabajaré haciendo alguna modificación si es necesario para que los niños
puedan sentir el placer y el disfrute de escuchar e imaginar lo que sucede en
cada historia que se les cuenta.
Para finalizar
me gustaría recordar la actividad propuesta sobre este bloque, con la cual he
aprendido a cambiar ciertos aspectos de la historia sin cambiarla del todo para
dejar que esta misma fuera la original. En esta actividad, me he podido acercar
más de cerca, a mi futuro como maestra poniéndome en la piel de unos niños,
teniendo en cuenta su edad y su proceso evolutivo así como sus gustos y
necesidades según la misma. Esta actividad no ha sido tarea fácil ya que me ha
requerido mucho tiempo pero, finalmente, ha merecido la pena dado que he
aprendido cómo tendré que hacerlo de aquí a unos años para los niños que tenga
en el aula.
Finalmente, me
gustaría destacar que aunque de pequeña no pude disfrutar de los cuentos en el
aula, Irune se ha encargado de contarnos muchas historias maravillosas que me
han encantado y me gustaría incluir en mi carpeta para contárselas yo a mis
alumnos. Este es el caso de “Toda clase de pieles” y de la historia de “la
princesa y los asaltadores” que nos contó que su abuela le contaba esa
historia.
BLOQUE 3. LITERATURA ESPAÑOLA Y CULTURA
LITERARIA.
Cuando empezamos este bloque, me recordó a mis dos años
estresados y horribles de bachillerato. Recuerdo lo importante que era la
literatura para todos los profesores tanto en la ESO como en bachillerato pero,
el año de segundo de bachillerato lo pasé fatal dado que había que aprenderse
muchos temas de literatura llenos de nombres de autores, nombres de obras,
años, características importantes, etc.
A mi parecer y según lo que hemos estado viendo en clase, el
temario de los cursos de literatura es muy denso en la ESO y bachillerato, y el
paso de primaria a la ESO en este aspecto es tremendamente grande y diferente a
lo visto anteriormente. La literatura hay que disfrutarla y hay que saber cosas
de ella pero hay diferentes maneras de llegar a aprender sobre la misma. A
veces no nos damos cuenta que con tanto temario, los alumnos parecen robots que
se aprenden el tema de memoria y lo escupen en el examen para posteriormente
olvidarse. Entonces, la pregunta es: ¿Así es como queremos que los alumnos
aprendan literatura e incluso que consigan odiar la lectura? ¿Por qué no
hacemos de la literatura algo más llamativo, más innovador creando inquietudes
y ganas de aprender?
Sé que esto que digo puede llegar a ser complicado pero
entonces, ¿alguien me puede decir porque he aprendido más en dos semanas sobre
este contenido que en 6 años de mi vida? Es cierto que lo que hemos estado
viendo, es un repaso de la historia de la literatura junto con sus autores y
diversos movimientos de varias épocas, pero esta vez no nos hemos centrado en
aprendernos cada uno de los autores con sus características y sus obras, hemos
repasado lo esencial para poder realizar después la actividad en la cual hemos podido
indagar más sobre dicha época.
En educación primaria, se pretende aproximar a los niños a la literatura clásica
para que tengan una base cuando lleguen a la ESO. Esto, en la actualidad, es
complejo dado que, mirando los libros de lengua durante las prácticas, no
aparece ninguna mención ni nada referente a la literatura clásica. Simplemente
se basa en enseñar que es verso y estrofa, medir versos, realizar distintas
rimas, etc.
La actividad de este bloque, consistía en realizar una
semana cultural en la que se trabajasen de una manera lúdica diferentes autores
o movimientos relacionados con el temario. Para ello, hemos tenido que
inventarnos el nombre de un colegio en el cual nosotras éramos tutoras de cada
curso. Nuestro colegio se llamaba Salvador Dalí y como tal, este pintor
pertenece al surrealismo asique decidimos enfocar nuestra semana entorno a
dicho movimiento tanto literario como artístico y visual. Además, esto también
ha sido así dado que las dos asignaturas que hemos cursado este cuatrimestre han
sido literatura infantil y educación plástica y visual, las cuales tienen
muchas cosas en común y se pueden trabajar perfectamente de la mano.
Los artistitas los hemos distribuido por cursos de la
siguiente manera:
1º y 2º: Salvador
Dalí.
3º y 4º: Pablo
Picasso.
5º y 6º: Joan Miró.
Los autores de la
literatura surrealista que nosotras hemos propuesto para trabajar son los
siguientes: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Salvador
Dalí, Pablo Picasso, Joan Miró, Gloria Fuertes, María Teresa León y Rosa
Chacel.
Al realizar esta
semana cultural hemos tenido que buscar mucha más
información relevante para poder hacer adecuadamente las actividades
relacionadas con este tema. Esto, nos ha costado bastante, puesto que no es
sencillo organizar una semana cultural y menos cuando estábamos de prácticas.
Finalmente, el resultado de la actividad fue muy satisfactorio y personalmente,
no descarto hacer alguna semana cultural con respecto a dicho tema en algún
centro en el que trabaje o por lo menos me gustaría proponer esta idea.
Creo,
personalmente que cualquier niño podría disfrutar y a la misma vez, sin darse
cuenta, aprender con este tema. Para ello, debemos motivar a los niños y
ayudarles a comprender que los autores son importantes y sus obras también pero
que no es importante que se acuerden absolutamente de todo. Además, con esto,
ayudaremos a que adquieran más cultura literaria y visual permitiéndoles que se
introduzcan poco a poco en la literatura y pudiendo vivirla de una manera más divertida
y amena.
Para finalizar,
me gustaría destacar el trabajo de mis compañeras y el mío propio por sacar
esta actividad adelante, implicándonos y consiguiendo que todas las actividades
que pensábamos fueran actividades accesibles y sencillas para acercarnos a la
realidad lo más posible. Ahora solo falta el último paso, realizar actividades
entretenidas en el aula y semanas culturales en el centro en el que seamos
maestras en el futuro. Hay que luchar por el cambio y por una educación no solo
de aprendizaje, sino también lúdica y divertida.
Ojala yo hubiera
tenido una semana cultural así en mi colegio, hubiese sido espectacular
aprender así… ¿A quién no le gustaría esto?
BLOQUE 4. LECTURA LITERARIA Y ANIMACIÓN
LECTORA.
Este bloque,
para mí ha sido uno de los más especiales. Creo que como he citado
anteriormente, la lectura es muy importante y nosotros, como maestros, debemos
enseñar a leer a nuestros alumnos y motivarles a que sigan leyendo para
adquirir nuevo vocabulario que enriquezca su lenguaje así como su expresión
pueda ir mejorando. La lectura, es una manera de pasarlo bien y divertirnos, el
principal problema que tenemos es que no se anima a los alumnos de la manera
más adecuada o no se anima a ello.
Pongámonos en el
lugar de nuestros alumnos y echemos la vista atrás, recordando nuestros años en
primaria. A nosotros, como a los niños de hoy en día, sus maestros no les
motivan a leer, más bien les obligan o se lo imponen. Además, los libros en
muchas ocasiones que se escogen para la lectura grupal, no los escoge el
maestro que es quien conoce a los alumnos o simplemente escoge un libro al
azar. Esto es un problema, porque no a todos los niños les interesan los mismos
temas. En esto interfiere la edad de los receptores y su proceso evolutivo, el
cual hay que tener sumamente en cuenta.
Si queremos que
los niños lean y tengan ganas de leer un libro, debemos realizar una animación
lectora que les cree curiosidad y les divierta, así como puedan expresar todo
aquello que han vivido y viven en su día a día en relación con el libro.
Una buena
animación lectora, debe realizarse desde el primer momento. Debemos acompañar a
nuestros alumnos en el proceso de lectura provocando curiosidad desde antes de
comenzar a leer, durante el proceso de lectura y al final de cada lectura,
siempre haciendo desaparecer las dichosas fichas de lectura para ver cómo se
expresa el alumno de manera escrita. La literatura es para disfrutar y los
niños deben aprender a valorarla y a gozar de ella, de manera que no cojan
manía a esta parte de la asignatura de lengua dado que de esa forma permitirá
que se les atranque la asignatura y la dejen a un lado.
Antes de
comenzar a leer el libro, debemos crear curiosidad haciendo preguntas sobre él
e incluso que intuyan lo que puede pasar durante el transcurso de su lectura.
También es importante que demos a conocer el nombre del autor y el ilustrador
(si lo tiene) del libro e incluso podemos realizar alguna pequeña biografía
graciosa para que los niños puedan conocerles un poco más de una manera más
entretenida. Esto aumentará sus ganas de leer dicho libro y más si se trata de
un tema que les interesa.
Durante la
lectura, se realizarán diversas actividades de manera oral dado que así no se
perderá la espontaneidad de los niños a la hora de decir las cosas con las que
se sienten identificados y por qué. Cada semana, se pondrá un límite de hojas
que deberán leerse en casa. Si lo desean pueden subrayar o apuntar diversas
ideas para después comentarlas ya que en clase, se dedicará tiempo a comentar
lo que han leído y si les ha sucedido a ellos o como se han sentido. El maestro
deberá realizar unas preguntas por si acaso llega un momento en el que los
niños se callan o por si quieren sacar algún tema del que aún no han hablado y
que puedan relacionarlo con ellos mismos. La realización y redacción de estas
preguntas es muy importante que se hagan bien, de una manera adecuada para dar
pie a que los niños saquen sus propias conclusiones o problemas y los compartan
con sus compañeros. Esto permitirá que conozcamos más a los niños y sus
realidades. Finalmente, en cada sesión concretaremos el número de páginas al
que tienen que llegar durante la semana permitiendo que se administren el
tiempo ellos mismos y al final de la
sesión les pediremos que realicen una pequeña hipótesis sobre qué va a suceder.
Finalmente,
cuando acabemos el libro, podremos realizar otro tipo de actividades, aparte de
comentar el último tramo del libro leído en el que ellos mismos recuerden la
lectura de ese libro y las sesiones en las que hemos estado hablando de él.
No debemos
olvidarnos tampoco que es importante que en el aula, haya un pequeño rincón con
varios libros de lectura de diversos tipos que permitan que cada niño escoja el
libro que quiera leer. Aun así, como maestros, debemos asegurarnos que esos
libros son adecuados para su edad y que les van a gustar cuando los lean a la
gran mayoría si no es a todos.
En mi caso,
habría sido mucho más sencillo si mis maestros hubieran dedicado más tiempo a
la lectura y a trabajar la animación lectora en el aula. A mí nadie me ha
preparado una animación lectora, lo cual creo que es muy importante e
imprescindible ya que conseguimos que la lectura y las actividades que se
realizan con ella, se conviertan en una experiencia que resulta inolvidable
para cada alumno.
Lamentablemente,
la animación lectora, se sigue sin ver en muchas aulas. En mi centro de prácticas,
los niños dedicaban bastante tiempo a la lectura pero los libros de la
biblioteca de aula era escogidos aleatoriamente y los libros de lectura grupal
eran escogidos por la maestra sin un criterio convincente de que les iba a
gustar a sus alumnos. Yo intenté colaborar proponiendo que trabajásemos este
libro mediante una buena animación pero la respuesta fue no ya que ella creía
que los alumnos debían dedicarse a perfeccionar su lectura y por ello, debían
leer en voz alta todos los días tanto en el colegio como en casa. Si los niños
no leían en casa, eran penalizados dedicando el tiempo del recreo a leer varias
páginas de un libro escogido al azar.
Para realizar la
actividad de este bloque, debíamos realizar preguntas o diferentes actividades
para una animación a la lectura desde antes de leer el libro, durante su
lectura y después de haberlo leído. Al decirnos Irune que podíamos escoger el
mismo libro que habíamos utilizado en la actividad 1, decidí escoger el mismo:
“¡No quiero que me quiten la escayola!”. Este libro me lo recomendó Irune e
incluso ella misma me lo dejó. Cuando me comencé a leer el libro, no podía
parar de leérmelo hasta el final. Me gustó muchísimo y disfruté muchísimo de él
ya que muchas veces nos suceden cosas que hacen que todo el mundo en ese momento
se vuelque y esté más pendiente de nosotros.
Asique decidí
ponerme manos a la obra y realizar la actividad sacando la magia que esconde
este libro. Ojala cuando yo era pequeña, alguien me hubiese recomendado o me
hubiera regalado este libro dado que creo que sería estupendo habérmelo leído
porque me he sentido identificada.
Como futuros
maestros, debemos trabajar profundamente en la animación de cada uno de los
libros que utilicemos como lectura grupal. No debemos darle importancia a
detalles muy específicos que aparecen en el libro ni mucho menos realizar
exámenes sobre ellos, principalmente porque no es el fin que queremos y porque
en un examen nos sentimos presionados y como hemos dicho, la lectura debe ser
algo placentero, una actividad lúdica.
Para finalizar,
me gustaría destacar mi afición por la lectura que incluso podría decirse que
es adicción. Me encanta leer pero no es gracias a mis maestros del colegio,
sino gracias a algunos de mis profesores de la universidad y a mi madre la cual
es una gran adicta a la lectura.
Como futura
maestra, me encantaría que mis alumnos viviesen la lectura como algo
maravilloso e increíble, donde puedan imaginar y soñar cada aventura y donde se
conviertan adictos a la lectura o como digo yo “devora libros”.
BLOQUE 5. CREACIÓN LITERARIA.
La creación
literaria es algo que considero importante dado que somos maestros y cada día
nos ponemos delante de los niños que tienen sentimientos, pensamientos,
imaginación…Cuando dejamos a un niño que cree él solo, salen cosas increíbles
que nos impresionan e incluso nos emocionan. Lógicamente, no podemos dejar a un
niño que empiece a crear diversos textos sin tener ciertos conocimientos sobre
algunas técnicas o estrategias útiles para poder escribir composiciones
fantásticas.
La creación
literaria es otra de las actividades que menos se trabaja en el aula sin tener
en cuenta todos los aprendizajes que esto conlleva. Mi primera composición
creada por mí, fue un poema en 3º de la ESO, el cual debía rimar y tener cierto
sentido ya que era para participar en un concurso. A mí no me gustó nada está
actividad porque me impusieron que tenía que hacerlo para ganar un concurso.
Además no me dieron ningún ejemplo ni me enseñaron algunas estrategias para
realizar el poema. En mi opinión, creo que esta actividad que me propusieron,
está muy bien cuando te han ido enseñando y has ido practicando diversas
estrategias. De esta manera, puedes recordarlas y utilizarlas en tu propia
composición. Irune, en clase, nos enseñó ciertas creaciones de niños de cuando
eran más pequeños y cuando habían crecido y el resultado es espectacular debido
a su fluidez a la hora de convertirse en autores y cómo ponen y expresan sus
ideas, pensamientos y emociones en un texto.
Este bloque nos ha enseñado diversas estrategias
que se pueden utilizar en clase para trabajar la creación con nuestros alumnos.
Para ello, y como bien hemos realizado en la actividad de este bloque, nosotros
debemos ser los primeros en enseñar un ejemplo de cada estrategia que les
pidamos componer a los niños. No se trata de componer un texto muy bueno, sino
algo sencillo que tomen como ejemplo dado que los protagonistas deben ser
ellos, no nosotros y deben tomar nuestro ejemplo como referencia para realizar
su propio texto. De esta forma, los niños podrán ponerse en el lugar de los
autores y comprenderán que algunas veces es complicado realizar diversas
estrategias y que hay que estar bastante concentrado para ello.
El fin de esta
actividad es que se diviertan y que consigan ser autores de algún texto que
lleven su título. Lo mejor de la creación es que todo está bien, no debemos
corregir a los niños ni calificar con nota sus composiciones puesto que son sus
“obras de arte” y todo es posible en la creación, hasta la invención de
palabras nuevas. Esta es una de las mejores formas de aprender literatura,
según mi opinión, ya que les dejamos espacio a ellos, donde son los
protagonistas, lo cual debería ser siempre así.
La actividad que
nos proponía Irune, era que realizásemos 3 ejemplos de composiciones en verso,
prosa y drama, que haríamos para enseñarles algunas estrategias a los alumnos.
Al principio, creía que me iba a costar más, pero finalmente, me di cuenta de
que no era tan complicado como yo pensaba y que con las estrategias que ponía
Irune en la teoría y en los documentos complementarios, podía realizarlos sin
ningún problema.
Además, intenté
realizar 2 estrategias en el aula en la que estuve de prácticas pero, como ya
puse en la entrada anterior, mi intento fue un tanto fallido dado que la maestra
con la que estuve no me dejaba aconsejarla ni me dejaba realizar de manera
adecuada las actividades para comprobar qué sentían y cómo se sentían los
niños.
La primera
estrategia que utilicé, fue en prosa sobre
las letanías donde me dejó algo más de libertad y pude realizar una
letanía escribiéndola en la pizarra con los alumnos de 3º de primaria sobre la
navidad que posteriormente, recitaron cada uno de ellos su propia frase en la
función de navidad. ¡Fue muy bonito como recitaban su frase de la poesía con
tanta ilusión!
La segunda
estrategia que intenté utilizar para realizar el libro que nos pedía en la
actividad Irune, fue más complicada. Elegí una estrategia en prosa que se
llamaba cuentos múltiples por núcleo donde los niños en una hoja en la que
estaban escritas algunas palabras/frases que daban comienzo a varias oraciones,
debían inventarse una historia siguiendo el esquema dado. Las maestras
decidieron coger una hoja distinta a la que yo propuse sacada de internet y el
resultado no fue tan satisfactorio como el que en un principio pensaba pero la
estrategia fue muy interesante y divertida ya que las historias se van
mezclando y se forma una historia sin sentido, lo cual les hace mucha gracia.
En clase, los
últimos días, hemos estado viendo distintas estrategias de verso, de prosa y de
drama y la verdad es que no puedo decir cuál es la que más me ha gustado porque
sinceramente pienso que son todas magnificas para trabajar con los niños en el
aula y fuera de ella, como por ejemplo es el caso del libro viajero donde no
solo participan los niños sino que también pueden utilizar familiares y
maestros.
Estas
estrategias que los alumnos crean y las juntamos en un libro, pueden formar
parte de nuestra biblioteca de aula y así permitir a los alumnos que vean las
creaciones de sus compañeros y las suyas propias. Esto también es una manera de
motivar a los niños a la lectura, lo cual favorece notablemente al niño.
También creo que
como futura maestra me gustaría tener los libros que he creado con las composiciones
de mis alumnos dado que estaría muy orgullosa de ellos. Sé que el realizar un
libro implica un poco más de trabajo pero mi deber es hacer que los niños se
vayan desarrollando y disfruten con cada cosa que hacen por lo que hacer un
libro, con materiales económicos y reciclados tampoco me llevará mucho tiempo y
además a ellos les gustará.
Finalmente, me
gustaría dar las gracias porque Irune nos ha enseñado cómo hacer que en la
escuela haya sitio para la literatura y la creación y nos ha apoyado y dado
ideas sobre cada actividad haciendo que aprendiésemos y mirásemos no como
alumnos, sino como futuros maestros y que seamos realistas con la realidad.
CONCLUSIÓN FINAL
Como bien he
comenzado diciendo, esto es un simple “hasta luego”, “hasta dentro de un rato”
porque como quien dice prácticamente ya tenemos casi un pie fuera de la
universidad y en nada seremos maestros. Lo más importante es que a partir de
ese momento, es nuestra labor cambiar la educación y todas aquellas cosas que
los maestros actuales no trabajan adecuadamente. Una de estas cosas, es la
literatura con un planteamiento distinto al que se le da en la actualidad. Me
entristece mucho ver como los niños leen los libros sin que les gusten y sin
que les lleguen de una u otra forma.
Sé que cambiar
la forma de dar literatura e incluso hacerle un hueco en la clase de lengua, es
complejo pero, ¿Quién dijo que la educación era sencilla? Y lo mejor, ¿Quién
dijo que nuestro trabajo como maestros sería algo fácil?
Nuestro deber es
luchar para que los niños tengan una educación y disfruten de todo aquello que
aprenden y con lo que aprenden. Ellos deben ser en todo momento los
protagonistas quedándonos nosotros en un segundo plano, ayudándoles y
guiándoles en su proceso pero no imponiendo a cada momento por donde debe ir
cada uno.
Personalmente,
considero que si estamos dedicando nuestro tiempo a estudiar esta carrera
universitaria, es porque de verdad nos interesa la evolución de la educación en
nuestro sistema y para ello debemos intentar aportar todo lo que vayamos
aprendiendo hasta llegar al mejor modelo de aprendizaje posible para nuestros
alumnos.
Dejemos que
ellos sientan, se emocionen y tengan un pensamiento más divergente con todo
aquello que leen e imaginan y apoyémosles animando su lectura y creación de
diversos textos donde se sientan autores de su propia obra.
Para finalizar,
me gustaría dar las gracias a Irune por enseñarnos a mirar más allá y a abrir
los ojos dándonos cuenta de cuál es la mejor manera para cambiar la literatura
en las aulas; a mis compañeros por todas las aportaciones dichas en clase y en
los comentarios del blog y a la literatura, por hacer que me enamore de ella
cada vez más.
Webgrafía/bibliografía consultada para el
artículo y las distintas entradas así como para nuestro propio disfrute:
Bettelheim, B.
(2006). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. (1ª edición). España:
Ares y Mares.
Centro de
Orientación de Lectura. MEC. (n.d.). Características de los cuentos según
la edad y etapa del desarrollo del lector, [en línea]. Disponible
en: https://online.lasallecampus.es
Cubells, F.
(n.d.). Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura,
[en línea]. Disponible en: https://online.lasallecampus.es
Labajo, M. T.
(n.d). Apuntes de literatura española, literatura infantil y educación
literaria, [en línea]. Centro Universitario La Salle. Disponible en:
https://online.lasallecampus.es
Rodari, G
(1983). Gramática de la fantasía. (1ª edición). España: Argos Vergara,
S.A.